¡Hablemos de Literatura infantil!

"Para que un maestro logre mostrarse como un apasionado de la literatura, tiene que ir más allá de saber la asignatura, desbordar el currículo y los libros de texto, atravesar las fronteras de la escolaridad"

Fernando Vasquez

sábado, 24 de marzo de 2012

Características de la antigua y la nueva fantasía

II Sesión

" Los debates teóricos hasta los años 80"

Este tema ha implicado dos tipos de cuestiones, referidas nuevamente, una referente a los aspectos literarios y otra a la función educativa:



 La antigua fantasía
 La nueva fantasía











La relación entre los cuentos populares y la literatura infantil.



" cuento de hadas " Bortolussi (1985) adoptó el término como cuento folklórico primitivo con intención de mantenerse fiel a la forma recogida.
Estos cuentos han provocado la polémica entre fantasía y realidad producida en todos los países, y muestra cuán estrecha  ha sido la vinculación establecida entre folklor y literatura infantil.
Al tener como audiencia a los niños ha permitido mantener su presencia en el imaginario colectivo de las sociedades actuales.
Los cuentos de hadas asumen la fución literaria y desplazan a la ficción realista de una nuieva creación que se proponía a cumplir una función moral.
Los anglosajones son los que más han profundizado en la relación entre los cuentos de hadas y el nacimiento de la literatura infantil; la cual tuvo sus orígenes en la concepción victoriana de la novela como lectura familiar.
Por otro lado, los estudios históricos establecieron una clara vinculación entre folklore y literatura infantil. Este primero es retomado como "cultura del pueblo", Desde esta posición se defendió la capacidad de subversión social de esa literatura  y se consideró tan necesaria para la educación de los niños como propiciaban los aires contraculturales.
El folklore no supone solo ordenación cultural del mundo, sino respuesta  a la necesidad psiquica de hacerlo y, aún más allá, formas terapeúticas de resolución de los conflictos psicológicos de los individuos. Betelheim (1975) o Winnicot (1970), las obras de estos autores aparecieron en un momneto histórico de desdén hacia los cuentos de hadas en favor de la literatura de tipo realista, los cuentos fueron denostados por su falta de compromiso con el mundo real por ofrecer una evación poco formativa de valores humanos, por su grado de violencia que podia ser causa de trastornos emotivos, entre otras desventajas que causa una desconfianza educativa provocada por la concepción intensamnete racionalista de movimientos de renovación pedagógica desarrollados a lo largo del siglo xx.
Pero Bettelheim va más allá al insinuar que sólo los cuentos de hadas alcanzan las capas oscuras del inconsciente y contribuyen a cambiar la vida, mientras que los relatos realistas simplemente la muestran tal como es. La gran lección moral de los cuentos de hadas es el convencimiento de que siempre se puede llegar al final de todas las dificultades.
Es así como los cuentos también se convirtieron en medicinas terapeúticas como distanciadores para que los niños pudieran hablar  de sus problemas con mayor libertad.





En un pricipio estos libros son considerados como simples precedentes de la literatura infantil y se les niega en muchos casos la cualidad de textos literarios.
En la actualidad la literatura infantil y juvenil se ha desarrollado sobre criterios realistas, y, por otra, la fantasía ha renacido en la literatura de adultos.
El título de una obra de Brauner (1951), sintetiza perfectamente el rechazo hacia el folklore y el deliberado realismo preconizado en los libros de aquel periodo.

Tanto en el siglo XVII como en el actual, existen libros didácticos que carecen de vitalidad interna por causa de su voluntaria exclusión de la fantasía, además el mensaje de estas obras permanecia confinado en la autocomplacencia de la infancia, sin fuerzas de desequilibrio ni admisión de la angustia, de forma que los cuentos modernos no mostraban como era la vida, sino cómo debería ser un mundo perfecto y estático.
Jan Bettelheim contrapuso los cuentos populares a la literatura infantil moderna y dice que  "el pricipal reproche que puede hacerse a estos libros es que engañan a los niños sobre lo que la literatura les puede aportar". El discurso de Bettelheim se refiere a la necesidad de no infantilizar al niño, de suministrarle un alimento adecuado y sólido para su crecimiento personal e imaginativo.

El debate sobre el valor educativo de las formas realistas y fatásticas estableció pricipios básicoaspara los estudios sobre esta literatura, un segundo resultado, fué la creación de otro tipo de libros que integrarán las argumentaciones educativas de ambas posiciones. Efectivamente a partir de los años setenta se creó lo que hya pasado a denominarse nueva fantasía o cuentos de hadas modernos.
Soriano(1975) fué también uno de los primeros en teorizar este nuevo producto al recomendar que, en lugar de el folklore, que continuaba viéndose aún como un cierto tipo de elemnetos maravillosos que retrasan la investigación y los conocimientos, se crearán unos nuevos elementos maravillosos que tengan, al menos, las cualidades estéticas y pedagógicas de los antiguos y que respondan mejor  a las exigencias de la edad juvenil. Este enfoque fué decididamente adoptado por Rodari en la producción de unas narraciones fantásticas de nuevo tipo que intentaban evitar los contenidos conformistas atribuidos a los cuentos de hadas. Rodari alteró los cuentos populares y esta ideología se englobó bajo el término de antiautoritaria en la bibliografía de la literatura infantil.

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